Alojarse en Al Centro Suites permite a los huéspedes vivir una experiencia auténtica en el corazón de Sorrento, con una amplia gama de actividades al alcance de la mano. Desde la estructura, es posible explorar cómodamente a pie el centro histórico, lleno de tiendas artesanales, restaurantes típicos y heladerías donde degustar productos locales. Los amantes del mar pueden llegar fácilmente a la Villa Comunale y al puerto para embarcarse en excursiones en barco a Capri, Ischia o la Costa Amalfitana. Para quienes aman la cultura, las visitas a Pompeya y Herculano son imperdibles. Cada día puede convertirse en una experiencia diferente, entre cultura, naturaleza y tradición.
Pompeya y Herculano
Las excavaciones de Pompeya y Herculano ofrecen un extraordinario viaje al pasado, devolviendo los restos de las antiguas ciudades sepultadas bajo una capa de cenizas y piedras pómez durante la erupción del Vesubio en el 79 d.C. Pompeya, situada cerca de la colina de Civita, junto con Herculano, Estabia y Oplontis, representa una de las testimonios más completas de la vida romana. Las excavaciones, iniciadas por orden de Carlos III de Borbón, han revelado una ciudad excepcionalmente bien conservada, ofreciendo una visión vívida de la vida cotidiana de la época.
En 1997, para garantizar la protección y reconocer el valor histórico de estos lugares, las ruinas de Pompeya, junto con las de Herculano y Oplontis, fueron incluidas en la lista de Patrimonios de la Humanidad de la UNESCO. Este sitio, que en la primera década del siglo XXI ha recibido a más de dos millones de visitantes al año, fue el segundo sitio arqueológico italiano en número de visitantes en 2010, demostrando el continuo atractivo y la importancia de estas antiguas maravillas.
El Vesubio es el famoso volcán activo que domina imponentemente el Golfo de Nápoles. Su historia está marcada por numerosas erupciones, incluyendo la legendaria del 79 d.C. que sepultó Pompeya y Herculano bajo una espesa capa de cenizas y piedras pómez. La última erupción significativa ocurrió en 1944. Hoy en día, el Vesubio está protegido como parque nacional y está cubierto por una vegetación exuberante. Es conocido no solo por su paisaje natural, sino también por sus viñedos, de los cuales se producen vinos de alta calidad como el célebre "Lacrima Christi". Una visita a sus laderas hasta llegar al cráter, desde donde se abre una espectacular vista panorámica de toda la bahía de Nápoles, es una experiencia emocionante que no te puedes perder.
Positano ha sido un destino de vacaciones desde los tiempos del Imperio Romano, como lo demuestra el hallazgo de una villa y los recientes descubrimientos arqueológicos de 2004. El característico laberinto de "escaleras" que conecta el corazón del pueblo con la playa ofrece un paseo encantador entre sus maravillas. Las principales playas, Spiaggia Grande y Fornillo, son fácilmente accesibles a pie, mientras que las más aisladas, como La Porta, Arienzo y San Pietro Laurito, son accesibles principalmente por mar. La iglesia dedicada a la Madonna dell’Assunta, con su extraordinaria arquitectura, es considerada uno de los tesoros más bellos de Italia.
Continuando a lo largo de la Costa Amalfitana, se encuentra Amalfi, un rincón encantador que fascina a los visitantes con su espléndido Duomo de estilo árabe-siciliano, dedicado a San Andrés, patrón de la ciudad. Las playas de Amalfi, salvo las situadas directamente en el centro de la ciudad, se alcanzan mediante largas escaleras o por mar, ofreciendo una experiencia única inmersa en la naturaleza.
En la igualmente encantadora Ravello, los visitantes pueden admirar hasta cien altares, de los cuales alrededor de cuarenta aún están consagrados. Los palacios históricos de las antiguas familias ravellesas, muchos de los cuales se han convertido en hoteles en los últimos siglos, se encuentran principalmente en el noble “rione del Toro” y se extienden desde Piazza Fontana hasta Piazza Duomo, añadiendo un toque de elegancia e historia a este paraíso costero. No se pierdan una visita a Villa Rufolo y Villa Cimbrone, que son las dos joyas preciosas de la ciudad.
Las dos perlas del Mediterráneo que todo el mundo nos envidia: Capri e Ischia. La Isla Azul siempre ha encantado con su paisaje impresionante y sus maravillas naturales. La costa escarpada de Capri está salpicada de numerosas grutas y calas, intercaladas con acantilados imponentes. La más célebre de estas es la “Gruta Azul”, un lugar mágico donde la luz solar crea efectos luminosos extraordinarios que cautivan a cualquiera que tenga el privilegio de admirarlos. Los famosos “Faraglioni”, tres islotes rocosos situados a corta distancia de la costa, confieren a la isla un efecto escenográfico único, ofreciendo un espectáculo natural de incomparable belleza. Capri alberga una flora y fauna peculiares, entre ellas la rara lagartija azul, que encuentra refugio en uno de los Faraglioni. La vegetación mediterránea, dominada por agaves, cactus y jaras, enriquece aún más el paisaje.
La vida nocturna de Capri es animada y sofisticada, con locales exclusivos como la famosa taberna “Anema e Core”, que siempre atrae a numerosas personalidades del jet set internacional.
La isla de Ischia, en cambio, es conocida por sus aguas termales, un recurso utilizado desde la antigüedad debido a la naturaleza volcánica de la isla. Ischia es uno de los principales centros termales de Europa, con manantiales, fumarolas y fangos presentes en todo el territorio. Los centros termales de la isla, altamente cualificados y bien equipados, ofrecen a los visitantes una oportunidad única de rejuvenecer y disfrutar de los beneficios de sus aguas terapéuticas.